En 2014, se desató un conflicto en Crimea que tuvo importantes repercusiones a nivel internacional. Este conflicto estuvo marcado por la anexión de Crimea por parte de Rusia y estuvo precedido por una serie de protestas y disturbios en la región.
El origen del conflicto se encuentra en la caída del gobierno ucraniano en febrero de 2014, después de meses de protestas masivas. La población de Crimea, mayoritariamente de habla rusa, se mostró contraria a la nueva administración en Kiev y comenzó a pedir mayor autonomía.
Ante este escenario, el gobierno ruso decidió enviar tropas a Crimea para "proteger los intereses de los rusos étnicos". El referéndum sobre la anexión de Crimea a Rusia se celebró el 16 de marzo de 2014 y arrojó un resultado abrumador a favor de la secesión y la unión con Rusia.
La situación generó una gran tensión en la región y desató una serie de sanciones internacionales contra Rusia, que fueron reforzadas tras la declaración de independencia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania. El conflicto llevó a un aumento de la presencia militar en la región por parte de Rusia y de los países de la OTAN, y a un deterioro de las relaciones entre Rusia y Occidente.
En el año 2014, se desató un conflicto entre Ucrania y Rusia, que tuvo como escenario principal la península de Crimea. La tensión comenzó a aumentar cuando el presidente pro-ruso de Ucrania, Viktor Yanukóvich, fue destituido por manifestaciones populares en Kiev que buscaban su renuncia.
Los separatistas prorrusos aprovecharon el caos político y militar para hacerse con la península de Crimea. En un referéndum organizado por los separatistas, los residentes de Crimea votaron a favor de unirse a Rusia. Este referéndum no fue reconocido por la comunidad internacional, ya que se consideró que no cumplía con los estándares democráticos mínimos.
Rusia, por su parte, justificó su intervención en Crimea diciendo que había una necesidad de proteger los derechos de la minoría rusa en la península. La anexión unilateral de Crimea por parte de Rusia provocó sanciones económicas y políticas de la comunidad internacional, incluido la Unión Europea y los Estados Unidos.
El conflicto continuó con enfrentamientos armados en la región de Donbás, en el este de Ucrania. Mientras tanto, la situación en Crimea se ha estabilizado, con la mayoría de los problemas relacionados con la soberanía y la ciudadanía resueltos por la legislación rusa. Sin embargo, la mayoría de los países del mundo aún consideran a Crimea como parte de Ucrania.
El conflicto de Crimea fue una disputa territorial entre Ucrania y Rusia que ocurrió en el año 2014. En resumen, Rusia anexó la península de Crimea, lo que causó una gran controversia en la comunidad internacional.
La situación comenzó cuando el presidente ucraniano, Viktor Yanukóvich, fue derrocado en una revolución popular en febrero de 2014. Los partidarios de Yanukóvich, junto con Rusia, se negaron a reconocer al gobierno interino y Crimea se convirtió en el centro de un conflicto geopolítico.
El 16 de marzo de 2014 se organizó un referéndum en Crimea que pretendía decidir el futuro de la península. El referéndum fue considerado ilegal por gran parte del mundo, pero el 96% de los votantes apoyó la anexión a Rusia. En respuesta, la UE y EE.UU aplicaron sanciones a Rusia.
Desde entonces, ha habido un aumento de la tensión entre Ucrania y Rusia, y la anexión de Crimea ha llevado a la crisis más grave en las relaciones entre Rusia y el resto de Europa desde la Guerra Fría.
El tema de la soberanía de Crimea ha sido objeto de disputa entre Ucrania y Rusia durante décadas. Sin embargo, la cuestión de quién le dio Crimea a Ucrania es una pregunta interesante. La respuesta puede ser rastreada en la historia del Imperio ruso, particularmente durante el siglo XVIII.
En 1783, la península de Crimea fue anexada por el Imperio ruso, y se convirtió en una provincia rusa. A lo largo de los años, la población tártara de Crimea disminuyó significativamente, mientras que aumentaba el número de colonos rusos. En 1954, bajo el liderazgo del Primer Secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética Nikita Jruschov, Crimea fue transferida a la República Socialista Soviética de Ucrania.
Esta transferencia de Crimea fue más bien simbólica, ya que Ucrania y Rusia estaban todas bajo la soberanía soviética. Fue solo en 1991, cuando la Unión Soviética se desintegró, que Ucrania y Rusia obtuvieron su independencia. A raíz de la independencia, Crimea se convirtió en parte de la República Autónoma de Crimea dentro de Ucrania.
No obstante, la anexión rusa de Crimea en 2014 ha cambiado las cosas drásticamente. El presidente ruso, Vladimir Putin, justificó la anexión por razones históricas, culturales y económicas, argumentando que Crimea siempre había sido una parte integral de Rusia. Esta acción ha sido desafiada por la comunidad internacional, que ha cuestionado la legalidad de la anexión según el derecho internacional.
En conclusión, aunque Crimea fue transferida a la República Socialista Soviética de Ucrania en 1954, su anexión por parte de Rusia en 2014 ha desafiado la soberanía de Ucrania y ha generado una tensión continua entre los dos países.
El Donbass es una región ubicada en la parte oriental de Ucrania. Durante el año 2014, se desencadenó un conflicto armado en la región, después de que el gobierno ucraniano se negara a reconocer la anexión de Crimea por parte de Rusia.
El conflicto estalló en el mes de abril de 2014, cuando un grupo de separatistas prorrusos se apoderó del edificio de la administración regional en la ciudad de Donetsk. Los separatistas proclamaron la República Popular de Donetsk y se opusieron al gobierno ucraniano, que respondió con una ofensiva militar.
El conflicto se intensificó en los meses siguientes, con enfrentamientos violentos en varias ciudades de la región, incluyendo Luhansk y Mariupol. Tanto los separatistas como las fuerzas gubernamentales fueron acusados de cometer graves violaciones de los derechos humanos, incluyendo ejecuciones sumarias y detenciones arbitrarias.
El conflicto también tuvo graves consecuencias humanitarias, con miles de muertos, heridos y desplazados internos. Según la ONU, más de 10.000 personas murieron y más de 1,5 millones se vieron obligadas a abandonar sus hogares a causa del conflicto.
El conflicto continúa hasta el día de hoy, con un alto el fuego acordado en febrero de 2015, pero violado recurrentemente por ambas partes. Las negociaciones de paz entre el gobierno ucraniano y los separatistas han sido infructuosas.